Elizabeth Gilbert (1969) publicó en 2019 Ciudad de mujeres una novela situada en los años 40 donde Vivian, la protagonista, cuenta su vida.
Esta es la primera vez que leo una ficción de Elizabeth Gilbert, escritora que se hizo muy famosa por el ejercicio autobiográfico Comer, rezar, amar (con éste libro la conocí). No es mi primer acercamiento a ella, pero como todo lo que le he leído son libros de no ficción, sentí los nervios de conocer más a alguien de quien tienes una idea muy específica.
En esta novela tenemos una voz única, la voz de Vivian, una mujer que nos está contando su historia para explicarnos algo. Y no, le está explicando a una mujer su historia para que entienda la relación con su padre.
Es una carta gigante donde nos enteramos de la vida de una mujer que vivió desde 1940 una vida que la separó de sus padres, de su origen y que la obligó a la autodefinición y eventualmente a la autodeterminación.
«Había malgastado un montón de años aburriéndome y siendo aburrida y ahora me negaba a aburrirme o a ser aburrida durante una hora siquiera.»
La voz narrativa es uno de los aciertos de Ciudad de mujeres, es un ejercicio autobiográfico de un personaje ficticio, no nos cuenta un cuadro, nos cuenta sólo lo que la protagonista alcanza a ver. Y además coloca a la autora en una voz que conoce y maneja bien. Como dije, su libro más conocido es su propia historia, así que aborda esta ficción desde el mismo recurso.
Vivian no quiere explicarnos todo, sólo quiere explicarse ella, sólo quiere contar su pedazo de historia sin tratar de adivinar la de los demás.
Ciudad de mujeres es un libro que nos trata de ubicar en un tiempo por la mayor parte del libro, nos da un contexto para que podamos entender las decisiones y situaciones de la protagonista. Vivian hace lo que hace porque está viviendo en una ciudad en un tiempo específico.
Nos habla de lo que una mujer ha de pasar si busca encontrar su lugar, cómo la definición de una misma nos obliga más de una vez a rechazar expresamente la definición externa. Pero que también nos da la genuina oportunidad de diseñar la vida que queremos, con la gente que queremos.
Cuando Vivian nos empieza a contar su historia, es una adolescente de 19 años en 1940, en Estados Unidos de América, de una familia acomodada, sin propósito y con la única certeza de que no cabe en el modelo de vida que le impusieron desde niña.
Llega así a la vida de su tía, una mujer que se salió del entorno familiar y que se dedica al teatro barato en Nueva York. En este momento, todavía Estados Unidos de América no estaba en guerra, no habían entrado a la Segunda Guerra Mundial y todavía se sentía un ambiente vertiginoso, pero alegre.
Es vía el teatro, los viejos amigos de su tía, que Vivian descubre el mundo, el que no controla, el que la maravilla y el que hace que se estrelle y se quiebre.
Pasa de ser una adolescente que se deja llevar por lo primero que la seduzca, a crecer y hacerse cargo de su vida, a determinar el camino, a escoger el camino y construirlo. Ciudad de mujeres es la historia de una mujer que decide su vida, que aprende y avanza y que se construye. Es un buen libro, es de esos libros que tienen sentido una vez que se acaban, que resuena. Recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota