La novela negra nunca había estado en mi radar. La novela clásica, romántica y de fantasía me habían acompañado en muchos trayectos y peripecias en mi vida, así es que ellas y yo somos, digamos, buenos compañeros. Hasta que llegó Henning Mankell y abrió otros horizontes y visión, no sólo de la novela criminal, sino de la vida.
Para aquéllos que somos de cálidos despertares, en donde la temperatura más baja es de 10 grados y bueno, debido al cambio climático recientemente 3 graditos, no podemos comprender lo que es despertar a -20 grados en una estación que se llama perpetuo invierno. Si, hay primavera en Suecia. Dura unas cuantas semanas porque inmediatamente entra el verano, dura dos meses y da paso al otoño-invierno que tiene una duración de aproximadamente 8 meses. Esos meses son, en su mayoría, grises, lluviosos, airosos y fríos. Mankell habiendo nacido en Estocolmo, conocía a la perfección la soledad y aislamiento que produce este tipo de clima. De ahí, podemos entender del nacimiento de su personaje Kurt Wallander, un triste y solitario detective, bastante decepcionado de la vida.
Asesinos sin rostro es la primera novela negra de la serie Wallander de Henning Mankell. Una serie que consta de 12 libros que mantienen al lector en un hilo.
Aunque la novela haya sido escrita y situada en 1991, ya se tocan temas que en este momento, casi 27 años después, son asuntos de gran preocupación y motivo de insomnio de los habitantes de Europa: inmigrantes, extrema derecha, racismo y atentados.El dectective Wallander tiene la difícil tarea de investigar un asesinato de una pareja de ancianos que vive en la campiña sueca. Una campiña que forja al más pintado y que doblega a cualquiera. En ese nudo gordiano dentro del cual Wallander se ve envuelto al tratar de descifrar el asesinato, se enfrenta a sus propios demonios, sus miedos y fracasos, pero sobre todo, a la soledad en la cual se ve hundido después de su ruptura matrimonial.
Una novela digna de leer; y si se quiere conocer a fondo la vida en Suecia, la auténtica, no la de las postales, este es una forma perfecta de hacerlo. Con sus calles vacías, su cielo gris, su lluvia incesante y su gente dura. Y de pilón, una excelente trama llena de vueltas y secretos. Una gran recomendación.
Olivia Köhne-DeAlba
Que buena reseña! a veces, en éste genero, yo me pierdo buscando al asesino y olvido disfrutar los detalles del contexto social, del paisaje, de todo aquello que nos da la certeza de que eso solo podía ocurrir ahí en ese tiempo…
Gracias Olivia, seguiré la recomendación y comentamos luego.