Jane Austen (1775-1817) es sin duda un referente en la literatura universal, una de la mujeres escritoras más reconocidas. En 1815 publicó Emma, novela progresista disfrazada de coqueteo. Es una novela divertida, casi cómica, adelantada a su época.
Es una escritora particular, en Jane Austen y por qué sigue vigente lo explico mejor, pero para esta reseña baste decir que lo más raro de ella es lo aislada que estaba del mundo literario y eso hizo que sus novelas fueran muy distintas de las contemporáneas.
Emma es una mujer joven que se resiste a casarse, nadie le llama tanto la atención, mucho menos está enamorada, y no siente ninguna necesidad de ello. Es de una familia acomodada y el matrimonio no supone para ella ningún beneficio. Al contrario, le supone cambiar su vida, misma que disfruta bastante. Pero se entretiene con el cortejo y le gusta jugar a ser casamentera. Es una joven bastante arrogante y un poco floja.
La novela inicia con el matrimonio, que la protagonista se atribuye, de su institutriz con un viudo bien acomodado de su comunidad. A partir de esto, Emma, oficialmente graduada, necesita ocuparse de alguien más, y ahí aparece Harriet, una joven de clase inferior a quien decide adoptar para guiarla hacia un matrimonio benéfico, para ella primero y después para Harriet.
Con este pretexto, la autora nos va presentando la sociedad y los personajes que participan en esta comedia. No es una novela seria, trata con muy buen humor tanto los defectos de Emma como los entramados sociales que se dan a partir de la búsqueda de marido.
Por lo que considero que esta novela es progresista, bueno, muchos lo consideramos, es porque, como todas las novelas de Jane Austen, está contada desde la perspectiva femenina. Además tiene esta premisa de que si el matrimonio no representa un beneficio social o económico, no es necesario considerarlo tan seriamente. Esto, en el contexto de la autora, es revolucionario; sólo pensar que una mujer no quiere o desea fervientemente casarse era impensable. Emma le comenta a Harriet, ante el cuestionamiento a su poco interés en el matrimonio propio, que no será solterona porque eso solo las mujeres pobres, no ella que tiene todo lo que necesita y desea.
El amor sí es una razón válida, de ahí que siempre se considere novela romántica. Emma sí se casa, pero se casa con quien ella elige, de quien descubre estar enamorada. Y no se puede esperar mucho más dado el contexto de la escritora, donde el matrimonio era un asunto central de la vida en sociedad.
Emma es una muy buena novela, bien escrita, divertida, y con una voz femenina propia, no impuesta por el imaginario de un autor masculino. Es un clásico de la literatura universal y ha sido llevado a la pantalla en varias ocasiones.
Aura Espitia Muñoz Cota