Antonio Ortuño (1976) publicó en 2019 Olinka en la editorial Seix Barral.
Olinka usa una anécdota del Dr. Atl, artista importante en México, sobre todo en Jalisco, y un drama familiar para contarnos algo sobre Guadalajara.
La historia es sobre un hombre, Yeyo Blanco, que sale de la cárcel después de 15 años y que busca a la familia por la cual pagó esta sentencia.
A partir de esta historia personal, Ortuño nos deja ver el crecimiento y descomposición de Guadalajara. Se centra en el boom inmobiliario y la corrupción que ahí existe. No es una historia bella, es una historia complicada.
Yeyo va a la cárcel porque su suegro requiere un chivo expiatorio cuando su constructora es acusada de lavar dinero por Estados Unidos a principio del Siglo XXI.
Se supone que será poco tiempo, confían suegro y yerno en que con dos años podrán sacarlo de la cárcel y será suficiente para limpiar la imagen de la empresa.
No fue así, la sentencia fue más de lo esperado y acordado, Yeyo perdió todo, la esposa, la hija y el tiempo, y lo único que lo sostiene es un acuerdo con su suegro.
“¿Se recupera lo que no se da por perdido? No encontró una respuesta.”
Todo con tal de salvar a Olinka, el complejo de casas de lujo que la empresa de Carlos Flores (el suegro) está construyendo. Olinka es el sueño transgiversado del Dr. Atl, sobre una ciudad para los mejores ciudadanos, que el Dr. Atl entiende como intelectuales, artistas y científicos, y que Carlos Flores entiende como familias con dinero de Guadalajara.
Es cierto que acepta inversiones de norteños, criminales, pero hasta ahí, no les permite entrar en su ciudad para los elegidos.
Y justo eso es lo que nos cuenta Olinka, una historia de cómo fue invadida la ciudad colonial, orgullosa, de una modernidad en capitales, en construcciones y costumbres.
Todo lo podemos ver a través de un hombre que ha estado aislado de su ciudad y el mundo por 15 años. Yeyo nos permite ver por dónde se le fue su ciudad, por dónde se fueron sus referencias. Lo que ha cambiado, lo que no. Y así todos los personajes.
Alicia, Carlos, Yeyo y Carlita, nos cuentan su parte de la historia, no son los únicos personajes pero si los que conforman este drama familiar. Olinka nos deja ver algo de la sociedad de Guadalajara, algo sobre su moral, sus valores, sus historias.
Olinka está muy bien escrita, nos deja ver la historia desde los que participan, las voces narrativas están muy bien estructuradas. Este fue uno de esos libros que tomé y que al pasar las hojas me tenía más y más enganchada, fascinada.
Ortuño supo contar Guadalajara a través de personajes muy bien hechos, creíbles, con motivaciones claras, en el marco de una historia posible. Encontró el tono, el ritmo y el equilibrio entre el contexto y la historia de la novela.
El final es muy bueno, pero esto sólo es porque el camino hacia el desenlace está muy bien construido, esta novela no afloja en ninguna página. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota