Haruki Murakami (1949) publicó en (2004) esta extraña novela llamada After Dark. Es mi primer acercamiento a un autor que cada tanto me recomiendan.
La literatura japonesa que yo he leído (Kawabata, Yoshimoto, Murata) me ha gustado mucho, tiene una forma sutil y calma de llevarte a climax dentro de una historia. Con Murakami, pese a todo mi entusiasmo, no lograba conectar con sus historias más famosas.
Intenté conAfter Dark porque me pareció una historia atractiva, dos hermanas, una dormida y una en vela durante una noche, de la media noche al amanecer.
Eri y Mari son dos hermanas que parecen dos caras de una moneda, una es atractiva, enigmática y con una sensación de volatilidad. La otra es igualmente enigmática, pero esta aquí, despierta, pasando la noche en un café 24 horas, leyendo, huyendo de la casa donde su hermana duerme sin parar.
Las dos son narradoras de sus historias aunque una parece sujeto activo de ella y la otra parece sólo estar ahí como objeto admirable, un sujeto pasivo.
Murakami nos lleva a ver a las hermanas en una noche rara, una donde Mari se encuentra con un músico por casualidad, uno que la conocía por ser parte de la corte de su hermana Eri, modelo y mujer inalcanzable, bella. Mari entra en contacto con este joven músico de jazz que esta cierto de que esta noche cambian las cosas.
Es a partir de este contacto que Mari puede verbalizar algunas cosas que le preocupan de su vida, de su invisibilidad, de su hermana siempre dormida, extrañamente dormida. Su encuentro con este hombre la obliga a relacionarse un poco con el exterior, salir de su rutina de escape. Interrumpe su lectura nocturna y la lleva a interactuar con otras personas, realidades, historias.
Por otro lado, a través de una cámara espía, vemos el aparente tranquilo e inmutable sueño de Eri, una noche entera donde parece secuestrada, atrapada, no tan dormida, tal vez en una pesadilla. Es otra rutina de escape, similar a la de la hermana pero que parece más bien pasiva.
La novela es rara, After Dark es una historia que no parece conectarse al final aunque como lectora intuyes que sí, que podría ser que algo entre esas dos hermanas o las obliga a esta rutina de escape o las podría salvar de ellas.
“Se siente la presencia del alba. Ya han transcurrido las horas de la noche en que las tinieblas son más densas.
Pero ¿realmente está sucediendo eso?”
Algo en esta novela se siente desapegado, desconectado. Tal vez es eso, la narración es muy desde afuera, como si siempre viéramos todo como esa cámara espía. Es una sensación rara.
Y luego está el tema de la ciudad que no es la misma después de oscurecer. After Dark justo nos da un panorama de los tejidos de la gran urbe, prostitución, espacios ocupados de distinta manera por distintos personajes. Así nos vamos percatando de como hasta la actitud de nuestros protagonistas cambia en cuanto los rayos del sol inundan el día. Recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota
