D.H. Lawrence (1885-1930) publicó en 1928 El amante de Lady Chatterley, un libro que causó escándalo por su contenido sexual, que se puede ver desde el título.
Esta es una novela muy interesante, desde la historia narrada y desde el contexto de su publicación. Es una de esas lecturas que nos deja un mayor conocimiento de una época y que produce reacciones inusitadas en los lectores.
La historia es muy sencilla, una mujer insatisfecha en su vida, busca y encuentra amor y sexo fuera de su matrimonio. No es ni una historia nueva para nosotros, aunque tal vez en esa época sí.
Tiene lógica que el libro se haya catalogado como un libro de literatura erótica, porque describe tan precisamente como la época lo permitía, las relaciones sexuales entre hombres y mujeres, y creo que ese contenido erótico distrae al lector, porque el libro habla de cosas bastante más significativas.
Lo primero que hay que recordar al leer El amante de Lady Chatterley es el contexto de su publicación. Habían pasado 10 años del fin de la Primera Guerra Mundial, estaba el mundo inmerso en los «locos años veinte», todavía no pasaba la primera gran crisis económica que el mundo occidental cuenta, y ya existía un bloque socialista.
Todo esto hace que veamos el libro de otra forma, y me explico. Siempre que hay un periodo posguerra suele verse un optimismo exacerbado, y esto lo notamos en libros como El gran Gatsby (que ya reseñamos aquí), pero también empiezan a sentirse los cambios y las consecuencias.
El mismo Lord Chatterley, Clifford, es una prueba viviente de que la nobleza previa a la guerra no salió del todo bien librada. El marido de Lady Chatterley, Connie, es todo menos un hombre sano, ha quedado paralizado, no puede caminar y no puede reproducirse. La línea de sucesión ha quedado rota y si hemos de continuarla ha de ser por un acuerdo y admitiendo la incapacidad de autopreservación.
El amante, representa lo nuevo, las nuevas posibilidades, un nuevo orden y tal vez algo de aventura. No, no es un amante optimista o lleno de esperanza para el futuro, pero es un cambio que se siente más honesto y real, por lo menos para Connie.
Luego tenemos a la mujer como centro del libro, aunque se llame El amante de Lady Chatterley, el libro centra mucho de su atención en la necesidad de autonomía y felicidad de la mujer, en la observación que desde ella se hace. Y si bien no es un libro completamente preciso en esta visión y mucho menos feminista, es un cambio espectacular ver a la mujer decidiendo, diciendo y poniéndose en el centro de su propia vida.
Por último, y no menos importante, se alcanza a ver la revolución industrial tecnológica y la visión de una clase obrera que poco a poco va coqueteando con otras formas, como el socialismo, para resolver sus asuntos laborales. Hay en más de un personaje, un juicio a la clase alta o noble, un cuestionamiento presente.
El libro nos cuenta una historia sobre las nuevas posibilidades sin el optimismo de otros libros, pero también sin el vértigo de la época. Es un libro sobre lo inevitable de los cambios que ocurrieron en esa guerra que cambió el orden social, esa guerra que vio caer la forma vieja del dinero y emerger las nuevas formas de organización social y económica. Y cómo esto afecta lo personal y lo público.
El amante de Lady Chatterley es un libro interesante, como ya dije, de esos que al menos hay que leer alguna vez, y valorar el contexto. Entender a través de él, que los cambios ocurridos van a tener consecuencias ya sea que nos resistamos o no. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota