Hay libros que te obligan a pensar en tu propio actuar en distintas situaciones, El consentimiento (2020) de Vanessa Springora (1972) es un libro así.
Es un libro autobiográfico, es una historia que de verdad pasó y, que nos vamos enterando, apareció en libros de otro autor. El otro participante de esta historia.
La historia es que ella, a los 13 años, conoce a Gabriel Matzneff, un escritor reconocido de 49 años. Él la seduce y la hace su amante a los 14 años; 36 años de diferencia.
El consentimiento es la forma de Vanessa Springora de retomar su historia, apropiarse de la narración y poner el dedo en la llaga. ¿Hay consentimiento siendo menor de edad?
El juego es perverso porque lo cierto es que al enamorarla, ella está ahí porque quiere. No se siente víctima, la hace sentirse cómplice, elegida, amada, vista.
Confieso que yo no sabía quién era él, no he leído nada de él (ni lo haré), pero sé, por El consentimiento y por una búsqueda en línea, que usa a sus amantes, todas menores de edad como musas de su obra. Ella no es la excepción.
«He oído antes la palabra (pedófilo), por supuesto, aunque nunca he hecho caso. Por primera vez me afecta. Para empezar, porque designa al hombre que amo y lo convierte en un delincuente. Y porque por el tono del chico, por el desprecio que destila, supongo que no me ha colocado en el banco de las víctimas, sino en el de los cómplices.»
Elige bien a sus víctimas, padre ausente, las hace sentir algo cierto, elegidas, deseadas. A Vanessa le cuesta años entender que nunca fue cómplice porque nunca hubo igualdad.
Pero no queda ahí, El consentimiento nos obliga, al menos a mí, a preguntarnos por las cosas que hemos consentido con respecto a la sexualidad de menores y adultos.
Porque la historia de ella no se dio en secreto, aislada. Fue una de tantas amantes menores de edad, llevada a fiestas, conocida por todo un entorno que le dio protección a ese depredador (no hay otra palabra para describirlo cuando es un patrón de conducta).
El libro está muy bien escrito, tiene un ritmo amable pese al tema que trata. Así que se lee rápido.
Se queda resonando en la cabeza ¿cuántas mujeres no han pasado por esto de alguna manera?
Si algo nos ha enseñado el mundo últimamente es que no son excepciones, son casos más comunes de lo que podríamos pensar. Y sí, ha sido con el consentimiento de todos como sociedad.
Aura Espitia Muñoz Cota