Robert L. Stevenson (1850-1894) publicó en 1886 este pequeño libro titulado El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, una historia catalogada como novela gótica.
Este es un libro pequeño y extraño, pero que tiene la gracia de retratar una época, la angustia que la revolución industrial generó en mucha gente. Lo hemos notado con varios libros si nos ponemos a pensarlo. El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde está lleno de pequeñas sorpresas.
Pero hay que ser justos y pensar que cuando este libro se publicó debe de haber sido aterrador. Estamos hablando de finales del siglo XIX y por lo tanto una época donde la ciencia y la tecnología se colocan al centro de la discusión.
La historia es sencilla, un hombre, notario, empieza a notar comportamientos sospechosos de un amigo y cliente, un hombre respetado y de ciencia, el Dr. Jekyll. Él escucha de su primo una historia de un crimen inusual que es cometido por un tal Mr. Hyde, que para librarse de las consecuencias entra a una casa respetable y entrega como indemnización un cheque firmado por el Dr. Jekyll.
El notario se sorprende porque hasta hace poco nadie sabía nada de este hombre y ahora él sabía dos cosas; que era un criminal desagradable, y que era el beneficiario del testamento de su amigo Henry Jekyll. Esto hace que empiece a hacer averiguaciones y de ahí descubrir un hecho aterrador y extraordinario.
Aún si ya vieron la película o saben de qué va este libro, les recomiendo que lo lean. Esto porque está muy bien escrito, porque marca un canon para este tipo de historias y porque uno aprende mucho sobre la época y sobre el contexto de la historia.
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde nos habla desde la época victoriana y la revolución industrial, de la culpa, del estatus, del conflicto del ser humano entre el querer ser, el deber ser y la búsqueda de la bondad entendida en valores cristianos.
Cuando pensamos un poco en la época en la que fue escrito y publicado El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, pensamos en la revolución industrial, revolución que estuvo sostenida por la ciencia y la tecnología, donde la eficiencia y eficacia eran la meta. Los capitales aumentaron, nacieron las ciudades modernas, la separación de clases se hizo distinta, porque no sólo se basaba en una nobleza y pueblo, se basaba en ricos y pobres.
De este contexto surgen varios escritores que empiezan a preguntarse dónde está el límite, de la ciencia y del dinero, de ahí que veamos surgir a Dickens preguntándose si el dinero es lo que debemos pero no lo que queremos o a Shelley preguntando hasta dónde podemos usar la ciencia sin provocar daños irreversibles.
Este libro entra en esa categoría, uno que siempre se pregunta dónde está el límite. El hombre que desencadena los hechos narrados es uno que no puede permitirse ser quien es, tiene una reputación, un apellido, que defender y honrar. Es un hombre que al reprimir todos y cada uno de sus verdaderos deseos cultiva, libera y pierde el control de un ser sin freno, sin cabida en la buena sociedad. Ojalá lo lean, es muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota