Anne Rice (1941) publicó en 1976 Entrevista con el vampiro, un libro que se ha vuelto clásico y que inicia la serie Crónicas vampíricas.
Este libro lo he leído más de una vez en mi vida, parte porque me fascina el mito del vampiro, parte porque la película me encanta (una adaptación adecuada aunque no grandiosa), parte porque la primera lectura me gustó lo suficiente como para ver si resistía la relectura.
La historia la cuenta Louis de Pointe du Lac, un vampiro de dos siglos de edad, que decide contar su historia una vez, a un periodista. Louis cuenta una historia donde los personajes tardan en desarrollar las tramas porque tienen la eternidad para poder procesar sus situaciones y emociones.
Entrevista con el vampiro se publicó muy cerca del bicentenario de la independencia de Estados Unidos de América, la historia de un vampiro colonialista, de origen francés, del área de New Orleans; es una forma curiosa e ingeniosa de la autora de contar algo sobre la historia de su país.
Todos los vampiros de esta novela representan un arquetipo de época, un cúmulo de valores que se expresan a través de las personalidades de los vampiros.
Louis es convertido por Lestat, uno representa el dinero terrateniente, la clase alta, los agricultores que formaron Estados Unidos de América en un principio, esta clase dominante sureña con esclavos y tierras que les producían una vida de lujos. El otro representa el talento bruto, el resentimiento social hacia la clase dominante combinado con la aspiración a un pedazo de la fortuna.
En el principio eran ellos dos. Aparece después Claudia, una vampira (¿vampiresa?) que fue convertida en ello con la crueldad de no permitirle decidir, una imposición puesta en ella que a la larga se convierte en resentimiento, crueldad y venganza.
Entrevista con el vampiro se puede leer de distintas formas, y puedes tomar de la novela lo que vayas necesitando. A mí me gusta mucho la necesidad de Louis, constante e insistente, de encontrar las razones de lo que pasa en la vida, del país y de los individuos, me gusta mucho la necesidad de encontrar el origen de tu propia identidad (otra vez, como país y como individuos).
Louis es un vampiro con un conflicto interno de dos siglos, necesita entender qué y quién es él, hacer las paces con su naturaleza, aprender a manejarla, dejar el pasado, independizarse de su creador. ¿No es esta una bonita forma de abordar el bicentenario de la independencia de un país?
Además de esa metáfora, el libro cumple con el canon del género, está muy bien escrito, y en verdad es un clásico de la literatura de vampiros. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota
