Beatriz Rivas (1965) publicó en 2017 Jamás, nadie. Una novela que usa una historia personal para hablar de lo que no hablamos en México, nuestro racismo.
Este libro llegó a mi vida sin que yo tuviera demasiadas expectativas, es el primer libro que leo de ella. Me ganó la cuarta de forros, que menciona la palabra migrantes.
Y entonces abro el libro y me encuentro a una mujer que queda huérfana en la tercera edad, y que por herencia recibe unas cajas donde por fin se le revelará su historia familiar. Se romperá el silencio.
Mía es una mujer hija de una mexicana y un chino. El silencio sobre la vida de su papá es sepulcral y así ha sido durante toda su vida. Ante la negativa constante, Mía decidió dejar de preguntar, acostumbrarse al silencio y aferrarse a la única identidad disponible mientras crecía, la mexicana (lo que sea que ésto signifique).
El libro tiene tres voces a escuchar. La de Mía, que reflexiona sobre su vida, sobre su identidad, que cuestiona y re acomoda sus rutinas, sus aspiraciones, su casa. La de She Yan o Juan She, que nos narra su vida, la de un hombre y sus pérdidas, sus dolores y sus silencios. Y la última es una colección de notas sobre migración, tanto en el país como en el mundo.
Ahora, Jamás, nadie trata sobre el racismo y la migración en México. No hay otra forma de verlo o entenderlo. Nos obliga a mirarnos en un espejo que ignoramos a modo. Sobre todo porque tenemos la licencia de refugiarnos en el racismo que sufrimos como país en específico de Estados Unidos de América y de partes de Europa.
“Debo adoptar una postura. Una postura que grite y no que susurre.”
Es una posición rara en la que estamos, porque por un lado somos víctimas y por el otro victimarios. Y al igual que Mía, podemos ignorarlo hasta que nos lo señalan, a partir de ese momento es difícil no verlo. Supongo que ése es el meollo, mirarnos y dejar de ver las diferencias. Encontrar los puentes de coincidencias.
Nuestra identidad cultural es una cosa rara que intentamos siempre encerrar en somos mexicanos, como si esto fuera una definición por sí misma. La verdad es que como país colonizado tenemos nuestras propias construcciones estéticas, y nuestras identificaciones del poder, del éxito, bien fincadas con el color de la piel.
Jamás, nadie nos da la oportunidad de leer nuestro racismo en una historia que no siempre pensamos, como la migración china. Pero sobre todo, nos da una oportunidad de reflexionar y asumir una posición.
Es un libro inesperado que además de hablar de algo importante y que sigue siendo un tema importante en toda la humanidad, está muy bien escrito. Jamás, nadie es ante todo una buena novela, bien escrita con un ritmo confiable y constante. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota
