En 1999 Neil Gaiman (1960) publicó Stardust, una historia de fantasía encantadora.
Leer fantasía es bonito, se te presentan mundos nuevos, personajes extraordinarios, y aventuras. A veces, cuando uno pone atención, también te cuentan algo más, algo menos obvio y algo sobre tí.
No me había aventurado con este autor, escogí este libro porque me lo recomendaron y porque una historia en un país de hadas me pareció una buena forma de pasar un rato.
Stardust es una historia sobre encontrar nuestro lugar en el mundo, por inusual que sea, por complicado que sea el camino. También habla de la amabilidad y del considerar algo más que los propios deseos.
Todo inicia y se enlaza a partir de la caída de una estrella fugaz, muchos de nuestros personajes tienen un interés apremiante para hacerse con ella. Un hecho extraordinario que cruza distintas historias.
Tristan es un chico que vive en el pueblo de Muro, un pueblo fronterizo entre nuestro mundo (Inglaterra para ser precisos) y el país de las hadas. Tiene un muro con una pequeña abertura, que se puede cruzar cada 9 años al final de la primavera. Todo el resto del tiempo, los habitantes varones de Muro hacen guardia.
La puerta se abre cada nueve años para una feria, un intercambio de mercancías. De ambos lados son conscientes de la existencia de los del otro lado. Tristan debería haber asistido a una feria pero su padre lo mando lejos durante la misma y se la perdió. Así que a diferencia de su hermana y de sus contemporáneos, él nunca ha visto el otro lado.
Tristan ha prometido esa estrella a la mujer que pretende a cambio de que le conceda lo que él le pida a cambio. Se lanza en busca de una estrella fugaz caída al otro lado del muro. Por alguna razón que su padre sabe pero él no, lo dejan cruzar, y lo que es más extraño, no se siente tan extranjero en este extraño país.
En busca de esta estrella, con ella a su lado, nuestro protagonista poco a poco se va definiendo, va descubriendo cosas de sí mismo, encuentra su lugar en el mundo. También entiende que el libre albedrío es importante, que no hay manera de tener éxito si no considera a su compañera.
Stardust es un cuento precioso, que nos da un mundo imposible y definido sólo en parte, para dejarnos posibilidades a nosotros los lectores. Nos dice que si no encajamos en un lugar del todo, es necesario salir, buscar a nuestra gente, nuestro espacio, construirnos y construir nuestro lugar. Aunque no sea en este mundo.
Recordar que las estrellas más brillantes pueden convertirse en simples piedras sí están en el lugar equivocado, si quien las mira no las puede ver más allá de sus propios deseos. Que si tu filosofía es que el fin justifica los medios, es bien probable que los medios te consuman antes de alcanzar el fin.
Leer este libro ha sido una experiencia placentera, mas corta de lo que yo hubiera querido. Ojalá que se den una oportunidad de viajar en busca de una estrella, de conocerla con Stardust. Muy recomendable
Aura Espitia Muñoz Cota
