Claudia Piñeiro (1960) publicó en 2013 este ejercicio autobiográfico llamado Un comunista en calzoncillos, un libro que se puede leer como autobiografía o como novela.
Este es el segundo libro que leo de la autora, el primero fue Las viudas de los jueves cuya reseña pueden leer aquí, y empiezo a encontrar algunas coincidencias.
En estos dos libros, Piñeiro usa una anécdota personal, una historia concreta, para dejarnos ver algo de su contexto, de su país y los cambios sociales. Nos recuerda siempre que los cambios políticos, económicos, son historias personales, afectan a familias y personas de forma específica.
En Un comunista en calzoncillos nos cuenta su historia en un momento que cambió la historia de Argentina y que marcó un antes y un después. Fue en el verano de 1976, durante la adolescencia de la autora, cuando las cosas cambian para ella y para todo su país.
El verano en Argentina sucede desde finales de Diciembre hasta las primeras tres semanas de Marzo. En este año, ella recuerda como empezó a sentirse fuera del grupo, a darse cuenta de lo peculiar de su familia, como aún siendo parte de una comunidad más o menos pequeña y homogénea, ella se sabía distinta.
Cuenta cómo fue cambiando su relación y percepción de su padre, cómo otros criterios comenzaron a entrar en juego en su juicio. Y cuenta como ese año, el verano terminó antes de tiempo, aunque sea sólo un poco antes, con el golpe militar de Videla.
Da la sensación de que fue el último verano que nuestra narradora pudo pasar concentrada en la piscina, sus pequeños dramas y tener la opción de ignorar la política. Es una historia de perdida de infancia o de inocencia.
Se percata de lo peligroso de algunas palabras, de algunos gestos, de los detalles que comienzan a hacer la vida cotidiana menos segura, menos predecible.
Sabe que el que su papá se declare un comunista, aunque sea sólo una declaración hecha en calzoncillos en la casa, los hace vulnerables, los hace peligrar.
Aprende en este verano que hay cosas que todos pueden pensar, todos pueden decir a sus espaldas, pero que nunca han de ser pronunciadas por ella en voz alta.
Esta no es una autobiografía estricta, o una ficción como tal, es una mezcla muy interesante que nos permite conocer mejor a Claudia Piñeiro, nos deja ver lo que para ella significó cada cambio en su país. Y en ese verla a ella, vemos un pedazo de cotidianidad, un atisbo nada más. Hace palpable el miedo y la incertidumbre.
Un comunista en calzoncillos no pretende ser un libro o novela monumental, es un libro personal, una anécdota, un ejercicio de cómo contar la historia propia mezclando la ficción y los hechos. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota