En 1990 Banana Yoshimoto (1956) publicó su novela N.P., uno de los mejores libros que yo he leído, tal vez mi favorito de esta autora.
Después de leer Kitchen, la primera novela de esta autora (pueden leer la reseña aquí), confieso que me volví un poco su fan y empecé a leer todo lo que pude encontrar traducido al español. N.P. debe ser uno de mis favoritos, aunque siendo honesta, no he leído nada de ella que no me guste.
Es una historia complicada, la verdad. Trataré de resumirla, Kazami, estudiante de literatura, traductora, tiene en su posesión un extraño manuscrito de un cuento de un escritor japonés. Todo el que ha intentado traducir el cuento 98 del inglés al japonés, ha terminado muerto, en suicidio.
Kazami obtuvo el relato siendo muy joven, herencia de su novio, un hombre mayor que intentaba traducir el mencionado texto y que se suicida. N.P. es el nombre de la colección de cuentos o relatos del misterioso y poco prolífico autor Sarao Takase radicado en Boston. North Point.
Han pasado los años y ahora esta historia, este cuento, está a punto de llegara a su conclusión.
N.P. es la novela que nos narra la conclusión de un drama que lleva años desarrollándose. Kazami es el catalizador para que conflictos y heridas largo tiempo cultivados, se resuelvan.
Kazami entra en contacto con los hijos del autor, decide trabajar la traducción con una de sus hijas. Se sorprende reflexionando sobre su vida y sobre las consecuencias de sus historias pasadas en su presente. Se siente fascinada por el relato, por los hijos, por las relaciones que pasan del texto a la realidad y viceversa.
Algo que siempre me ha gustado de Banana Yoshimoto es la forma suave que tiene de plantear procesos complicados, no es dramática aún si lo que narra lo sea. La muerte, la pérdida siempre están presentes y aún así, narra los momentos felices, eufóricos a veces, dentro de la misma tragedia.
Es una habilidad rara la de narrar y lograr que el lector sienta el libro. A mí, ella siempre logra atravesarme con las palabras, logro siempre sentirme con la protagonista, en su piel. Si está feliz, me siento feliz, si escucha el río y el sol la baña, así lo siento mientras lo leo.
«El cielo se extendía más allá del río, por encima de las calles alineadas en la otra orilla. Sus colores me absorbían. Me sentía llena de indolencia, y mis manos y brazos parecían estar impregnados del profundo aroma de la hierba. Nada tenía importancia. Ni las cosas que habían sucedido ni las que tenían que llegar.»
N.P. me gusta, lo he leído dos veces con una separación de al menos 8 años entre cada lectura y la sensación es la misma, el libro es importante. Las cosas requieren un tiempo correcto para resolverse, no se puede apresurar y a veces, aunque debas de resolver un asunto, requiere que seas la versión correcta.
Y además está todo el tema de las palabras, es en el texto, en la composición de las palabras, en la traducción, en el cómo se lee una idea lo que hace que los que entran en el texto se pierdan.
Kazami entra en el relato siendo muy joven, tomó años para que ella pudiera resolver y ser catalizadora de la solución a lo que el relato 98 provocó tanto en el escritor y sus traductores como en los protagonistas. Era necesario un desarrollo de la trama y un desarrollo de las personas que estaban implicadas para poder pasar la página. Tener la fortaleza suficiente para resistir el texto.
N.P. también toca la idea de los límites, los que debemos poner, los que debemos reconocer. Hasta aquí puedo y quiero. Dejarse arrastrar por la historia en el relato 98 ha llevado a la locura y suicidio al autor y sus traductores, porque al no tener un límite, es fácil dejarse llevar y entrar en la vorágine de las palabras y las emociones que transmiten.
Banana Yoshimoto es una de las autoras más interesantes que me he encontrado en mi vida lectora, una que creo que todos deberíamos leer alguna vez. N.P. es un libro bello en su narrativa, con una historia interesante y un final tan correcto como justo. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota