En 2016 Sayaka Murata (1979) publicó La dependienta, una novela que me recomendaron mucho.
Yo tengo una especial fascinación por la literatura japonesa, así que cuando varios lectores y lectoras, cuyas opiniones me interesan, me recomendaron La dependienta mencionándola como una novela rara de lo mejor de lo contemporáneo japonés, no lo pude resistir.
Es un libro raro, la verdad. Se centra en la reflexión de una mujer que tiene la certeza de no caber en este mundo. No lo entiende, no entiende porque no la entienden.
Desde niña se percata de lo rara que es, su forma de responder ante los problemas asusta a los demás. Buscan siempre el origen de su problema, ese que ella no ve pero que los demás necesitan para explicarla.
No sabe qué es lo que hace mal porque nadie le explica así que decide irse al silencio y a imitar a las que parecen entender.
Todo cambia cuando entra a trabajar a una tienda 24 horas tipo 7/11 o Deli, ahí por fin encuentra una forma de lidiar con el mundo, por fin le dan instrucciones precisas sobre el comportamiento que se espera de ella. Se convierte en la dependienta, un personaje completamente funcional que encaja en el mundo.
Nuestro personaje logra mantener esta historia con algunos ajustes sociales durante 18 años, la mitad exacta de su vida. Ahora algo no funciona otra vez.
Su personalidad de la dependienta empieza a ponerla en la zona de la rareza social otra vez, otra vez se cuestiona su funcionalidad. ¿Por qué sigue trabajando en el mismo trabajo temporal? ¿Por qué no tiene pareja? ¿Por qué no se ha casado?
Esta es la historia de como la normalidad parece muchas veces una tiranía, donde no siempre entendemos las reglas pero siempre sabemos cuando no cabemos, y cuando no cumplimos las expectativas de los demás.
“El mundo normal es un lugar muy exigente donde los cuerpos extraños son eliminados en silencio. Las personas inmaduras son expulsadas.”
Espero que lean La dependienta, es una voz interesante y nos obliga repensar la normalidad, a repensar los juicios que hacemos sobre vidas ajenas, lo incapaces que somos de aceptar sus propias formas. También sobre los juicios que aceptamos sobre nosotros. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota