Élmer Mendoza (1949) publicó La prueba del ácido en 2010, la segunda entrega de la serie que tiene al Zurdo Mendieta, su detective, como protagonista.
En esta ocasión el Zurdo se encuentra con el asesinato de una bailarina exótica, teibolera, a la que lo une una historia personal. Este asesinato se convierte en una obsesión para el detective que por ahora se encuentra en una crisis existencial. En esta novela también vamos enterándonos de su pasado y su historia personal.
El contexto es un país con una guerra declarada y con ambos bandos preparándose para pelear. El gobierno mexicano, su presidente, le ha declarado la guerra al narcotráfico, y esto, en Culiacán tiene reacciones inmediatas. A esto se suma la muerte de un gran capo, el que dirige el cartel del Pacífico. Su hija, a la que conocimos en la primera entrega, se vuelve ahora la líder, y esto por sí mismo hace que se reacomoden las piezas en Sinaloa, en específico en su ciudad capital.
Mendieta ha decidido que para él, resolver este asesinato es prioridad, sin importar todo lo que a su alrededor se mueve. Su jefe le pide que pare, que por una teibolera no se han de usar recursos humanos que se necesitan en otro lado, menos molestar a los prominentes clientes que esta exitosa bailarina tenía. En la lista hay narcos, políticos y empresarios. Esta mujer muerta para nadie vale igual que sus clientes, quieren dejar el tema cerrado.
Élmer Mendoza usa la pesquisa del detective para contarnos algunas cosas de la realidad de su entorno. Nos cuenta como Culiacán, aún siendo ciudad capital, es un entramado donde de alguna manera todos están ligados de alguna forma.
La prueba del ácido nos permite ver todo lo que la declaración de guerra entre el estado y el crimen organizado provocó en Culiacán. Todos están en una aparente calma tensa, y esto se nota en cada paso que el Zurdo Mendieta va dando para encontrar al asesino.
Todo lo que nos cuenta esta novela de hecho pasó. En México se inició una guerra abierta contra el narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón (presidente de 2006 al 2012) que dejó consecuencias que perduran, una ola de muertes incontables y que el estado perdió. Lo cual hace que la novela sea realista hasta el escalofrío aunque el Zurdo sea un detective creado por el autor.
Pero tiene algo más, este detective honesto, necio, cínico y fanático del pop de los 80’s trabajando en el absurdo que es el trabajo de un detective de homicidios en el contexto de Sinaloa, México, hace que la novela valga la lectura. Como cualquier serie de novelas de este género, La prueba del ácido depende de su detective, porque son los detectives los que hacen que busquemos la siguiente entrega, el siguiente caso. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota
