´¡Bienvenidos todos al mundo del Zurdo Mendieta! Élmer Mendoza (1949) nos presenta a su detective en Balas de plata (2008), la primera novela de la serie del policía detective tan raro y tan culichi (gentilicio para los de Culiacán).
Élmer Mendoza es la clase de escritor con el que congenias rápido, es ligero, sus personajes son sencillos que no simples y las tramas son más o menos clásicas. Tiene la virtud de hablar de lo que conoce, de su tierra, de su entorno. Sin importar si nos lo cuenta a través de un detective o un adolescente que oye voces (otra novela), siempre habla de Culiacán, de Sinaloa. Nos muestra siempre la configuración tan extraña que existe allá.
El Zurdo Mendieta aparece en el universo de Élmer Mendoza con estas Balas de plata, un caso inusual, en una ciudad rara. El autor resiste la tentación obvia de hacer que su detective se dedique a temas de narcóticos, el Zurdo se dedica a homicidios, donde tiene pocos casos porque la mayoría están relacionados con el narcotráfico.
Por eso mismo es que sus casos son siempre más extraños, más inusuales, porque en una ciudad donde morir asesinado suele tener la misma causa u origen, quien muere de otra forma ya es en sí especial.
Y no es que Élmer Mendoza se salte el tema del narcotráfico, ni en esta ni en otras novelas, no es posible en Culiacán donde todo está de una u otra forma conectado con el negocio que ha hecho (tristemente) célebre a la ciudad; es sólo que lo toca como lo que es para la mayoría de los ciudadanos allá, como parte del contexto, parte de la realidad, ineludible.
El Zurdo es un detective raro, porque tiene claramente una formación inusual y sus aspiraciones siempre van más por encontrar la solución que por subir de nivel en la corporación policial o la fama y celebridad. Le gusta cierto tipo de música y lee bastante. Se niega a la corrupción y en el fondo es bien noble aunque anda con fachada de malo y desalmado.
Balas de plata respeta todos los cánones del género de novela negra, pero le da todo un giro con el contexto mexicano culichi. Es un libro con sentido del humor, que respeta lo absurdo de querer ser un buen detective de homicidios en el mundo que retrata. Es una muy buena primera entrega para una serie sobre un detective. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota
