Belén Gopegui (1963) publicó en 2009 Deseo de ser punk, una novela sobre no caber, sobre la imposibilidad de expresar algo y cómo la música nos acompaña en ello.
Esta pequeña novela es de lo mejor que he leído sobre el no caber, el no encontrar el espacio donde procesar las cosas y sobre cómo la música puede ser eso exactamente.
La música como espacio para respirar, como método de ordenamiento de la rabia.
No es una historia espectacular, pero es una historia poderosa por la que varios hemos pasado. La protagonista es una adolescente de 16 años. Martina acaba de vivir su primera experiencia dolorosa en la vida, esa, la que te hace cuestionarte todo, la que cambia el sentido de muchas cosas.
El papá de su amiga ha muerto, Martina lo conocía y de hecho le caía bien, era un trabajador social con un problema de alcoholismo, pero también fue el adulto que la hizo sentir que lo que decía y su misma existencia eran importantes.
Martina no es que entienda exactamente el mundo de los adultos o su lógica, es sólo que a partir de esta muerte empieza a ver todas las grietas que este mundo tiene. Este mundo donde no cabe todavía pero que parece regular su existencia. Y entonces sus prioridades cambian, se reacomodan, necesita algo, alguien, que la ayude a ordenar la rabia (frase que amé de la novela).
Deseo de ser punk está llena de referencias musicales, porque Martina, y en eso coincido, está segura de que si encuentra su música, encontrará su código, ese que le permitirá encontrar a su tribu.
Esta novela escrita a modo de carta nos deja ver cómo va buscando algunas canciones, como empieza a juzgar las canciones de sus padres, incluso la deja conocer a otros que han encontrado su código y que la ayudan en su búsqueda.
Supongo que el título tiene que ver con la actitud punk más que con la música, porque la mayoría de las referencias son de otro género musical, aunque es cierto que Iggy Pop y una canción aparecen en la historia.
Y cuando ella encuentra esa música que la sacude, que le da sentido, decide que necesita romper la inercia del mundo; que de verdad todos deberían encontrar esa canción, ese suceso, que los sacuda, que les toque el alma, que los haga conectar con algo y no ser sólo un autómata como todos los demás. Deseo de ser punk es justo eso, una carta a todos para decirnos que podemos sentir, que la electricidad sí se puede explicar y compartir, la electricidad para despertar del letargo. Y que puede ser a través de una acción, de una canción. Muy recomendable.
Aura Espitia Muñoz Cota
