Mary Ann Shaffer y Annie Barrows publicaron en 2008 La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, traducido al español por Sandra Campos en 2009 y llevada al cine en 2018.
Es una novela epistolar sobre un grupo que, durante la ocupación alemana en la isla de Guernsey, encuentra en la lectura la posibilidad de resistencia. La historia trata sobre el intercambio de correspondencia entre una escritora inglesa y este pequeña sociedad formada durante la Segunda Guerra Mundial en esta pequeña isla.
El intercambio inicia justo después de la guerra, cuando todo mundo está eufórico y oficialmente celebrando la victoria, aunque por otro lado, también están lidiando con las consecuencias, la destrucción y las pérdidas que la guerra dejó por donde pasó.
Juliet, nuestra protagonista, tuvo una guerra distinta a la de los demás, publicó un libro con un seudónimo y ganó algo de dinero mientras muchos perdieron todo, tiene una sensación de pérdida que no parece entender nadie, excepto los que más la conocen, su mejor amiga y su hermano, que también es su editor. Necesita ponerse a escribir de nuevo y le está costando entender el equilibrio entre la pequeña celebridad de la que goza, la tristeza que la guerra le dejó y la imperiosa necesidad de todos de pasar a la siguiente etapa.
En esto está cuando recibe una carta dirigida a su dirección bombardeada y que milagrosamente llega a la dirección del cuarto que renta. Es de un hombre desconocido que obtuvo su dirección porque estaba escrita en un libro muy querido para ella que llegó a manos de este personaje. Así inicia un intercambio sobre libros, de libros y así nos enteramos de la existencia de La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey.
Juliet por fin encuentra resonancia a sus emociones, valores y sentimientos. Con los miembros de La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey logra encontrar un proyecto literario propio, un propósito para su vida y un nuevo grupo donde se siente en familia, en tribu.
La lectura es sencilla, divertida, triste y todas las emociones que deben ocurrir cuando lees sobre libros, lectura, guerra, pérdidas y esperanza. Nos permite ver un poco de lo que significa estar en guerra, en lo cotidiano, lo que de humano se presenta incluso en estas circunstancias, lo que permite aferrarse a algo más allá de la cotidianeidad que puede romper el corazón de quien sea. Y esto aporta a la idea de entender que un conflicto no es un periodo en el calendario, es un cúmulo de días, de personas y de hechos que nos hacen preguntarnos hasta dónde llegamos como sociedad contra nosotros mismos, y por qué.
A mí me encantó, porque justo logra explicar lo que creo que el arte, la lectura, compartir y mantener una conexión humana te dan y que no te da nada más; la posibilidad de asirse a algo más, a la esperanza, a la belleza, a las otras posibilidades, otros mundos, otras vidas. Muy recomendado.
Aura Espitia Muñoz Cota