Charles Dickens (1812-1870) es sin duda un autor clásico, inglés de la época victoriana, con una amplia producción narrativa. En 1843 nos entregó este cuento llamado Canción de Navidad, una historia corta que nos obliga a replantear prioridades, usando la navidad y el fin de año como pretexto para tal tarea.
Scrooge es un hombre de su tiempo; la modernidad, la era inicial del capitalismo y la revolución industrial, muchos progresos científicos y técnicos que permitieron la automatización y la velocidad a la hora de acumular dinero. Es un hombre solitario, cuyo único amigo es el socio que tuvo desde joven y que lleva muerto algunos años. No se relaciona bien con nadie, no tiene relaciones personales y no le ve el caso a la celebración de la Navidad ni entiende el espíritu festivo que parece contagiar a su entorno con buenos deseos, arrebatos de generosidad y amabilidad.
Todo cambia cuando Scrooge recibe la visita del fantasma de su socio que intenta advertirle sobre este desapego que los ha caracterizado. Su antiguo socio le advierte de la visita de tres espíritus que le obligarán a poner en claro sus prioridades, emociones e intenciones. Es la víspera de la Navidad.
Los tres espíritus representan el pasado, de donde vienen la heridas y los lazos perdidos, el presente, que es un espejo, un cristal clarito, que le deja ver cómo lo ven, y lo que se pierde; por último, el futuro, que es el que le muestra el final lógico de sus acciones, las consecuencias inevitables.
Canción de Navidad es, entre otras cosas, una llamada de atención del autor hacia todos nosotros que nos dejamos llevar por el progreso, por el orden, por la ganancia, dejando de lado el placer, la recreación y la conexión humana. Es un libro muy de Dickens que siempre está buscando este equilibrio entre el deber ser y el querer ser, que nos pide no perder lo que nos hace humanos en aras de lo que se construye en la modernidad.
Y es por eso que es importante su narrativa, porque es la primera generación que vio cambios vertiginosos en términos de tecnología, el rápido crecimiento de las ciudades, de las instituciones que a la fecha permanecen con pocas variables. Canción de Navidad nos pide a todos no ser Scrooge, no dejarnos cegar por el puro espíritu industrial y permitir que la emoción humana, que la conexión y la idea de fraternidad nos invadan. Clásico muy recomendado.
Aura Espitia Muñoz Cota
