La niña de nieve

Eowyn Ivey (1973) publicó en 2011 una novela que casi parece cuento de hadas llamado La niña de nieve.

Eowyn Ivey La niña de nieve cita Textuales

Esta es una novela que llegó a mí de forma extraña, buscaba libros que leer en invierno y me aparecía esta novela. No sabía nada de la autora, aunque amo el nombre que lleva, Eowyn (referencia a el Señor de los anillos en mi imaginario).

La novela mezcla un cuento popular ruso, una pareja en Alaska recién llegada a principios del siglo XX y una niña extraña.

Jack y Mabel son una pareja herida, han perdido a un hijo, ya son una pareja de mediana edad, y en un impulso extraño, o tal vez desesperado, se mudan a Alaska, a cultivar una tierra que no conocen. Son una pareja rara, porque si bien Jack es un agricultor, Mabel es una mujer culta y educada, hija de un catedrático, con inclinaciones artísticas.

Los conocemos en un periodo de adaptación, no hablan de la herida que cada tanto sangra silenciosamente entre ellos, no hablan de la locura que han hecho al mudarse a Alaska. Pero ahí están, tratando de entender esta tierra que han elegido, esta tierra con sus peculiaridades y su aislamiento.

Se relacionan con una familia más o menos cercana a ellos en distancia, que les dan por primera vez un sentido de comunidad, de pertenencia. Son muy distintos a ellos, con tres hijos, ciertos de que sus vecinos no van a sobrevivir sin ayuda. Y a ello se ponen, a ofrecerles ayuda, de esa que es solidaridad y que sostiene.

En la primera noche donde de hecho disfrutan la nieve, empezando su invierno, donde se ríen, donde juegan y hacen una niña de nieve ataviada con algunas prendas de Mabel, la noche donde hacen el amor y se acuerdan del vínculo amoroso que de hecho comparten; esa noche, la ropa y la niña de nieve desaparecen pero aparece una niña de verdad.

«No hacía falta comprender los milagros para creer en ellos.»

 

La niña de nieve hace alusión a un cuento ruso de una niña de nieve que entabla una relación con unos ancianos y que eventualmente se disuelve. Esta historia conocida por Mabel se mezcla con la situación que viven con la niña de nieve (o al menos así la nombran) que aparece en sus vidas.

La novela nos lleva por al menos 8 años con algunos flashbacks de la historia de Mabel, Jack y la niña de nieve.

Es una historia preciosa, de respetar la naturaleza de los seres con los que convivimos, de las relaciones que se forman en sus propios tiempos. Es una historia de como se puede amar y resistir el impulso de cambiar o domesticar al ser amado.

«No era pena, ni amor, ni decepción, ni inteligencia: era todo a la vez.»

 

La niña de nieve también es una historia de como la vida nos otorga lo que queremos aún si no es de la forma en la que lo esperábamos, de las heridas que sanan cuando las vemos, nombramos y asumimos. Yo quedé enamorada de toda la historia, de la nieve, de la posibilidad del amor siempre colándose si lo permitimos sin tratar de controlarlo. Muy recomendable.

Aura Espitia Muñoz Cota

 

 

 

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