Jane Eyre

Charlotte Brontë (1816 – 1855) publicó en 1847 Jane Eyre, una novela que nos cuenta en primera persona la historia de la protagonista.

Charlotte Brontë Jane Eyre citas Textuales

Me propuse leer este libro después de leer La inquilina de Wildfell Hall  (pueden leer la reseña aquí) escrito por su hermana, quería ver qué tanto se distinguían los estilos narrativos y las tramas.

No soy una experta, así que hablaré sólo de lo que encontré en la lectura. Jane Eyre es una historia donde la voz importante es la de ella, ella contando cómo transcurrió su vida y como pudo hacerse de la felicidad de la que se hizo acreedora.

Tiene tintes que de pronto suenan como una novela de aventuras pero que al final es una novela íntima que habla del corazón de una mujer sola, sin familia, sin amor, sin sentido de pertenencia.

Jane Eyre es una huérfana, viviendo con familia que no la quiere y que no para en hacerla sentir mal siempre. En algún momento es enviada a un internado donde por primera vez siente la posibilidad de ser su propia persona, la forjadora de su destino, la que controla sus relaciones.

Es en esta escuela donde se forma su carácter, encuentra su propio espacio entre el deber, la profesión, el talento y la religiosidad.

Jane Eyre es cristiana estudiosa y con conocimientos suficientes de la religión que profesa, su convicción sobre la veracidad de los preceptos inculcados son lo que la sostiene y guía durante los hechos que nos narra en la novela.

«Mi razón es sólida y no permitirá a los sentimientos entregarse a sus desordenadas pasiones. Podrán las pasiones bramar y los deseos imaginar toda clase de cosas vanas, pero la sensatez dirá siempre la última palabra sobre el asunto y emitirá el voto decisivo en todas las determinaciones.»

 

Sí, por supuesto hay un interés y desarrollo romántico, porque en el contexto en el que fue escrita la novela, el matrimonio es un punto angular en la sociedad, el buen matrimonio, racional además de amoroso es una aspiración social.

Jane Eyre se enamora de su jefe, del empleador y dueño de la casa donde va a parar cuando decide separarse de su institución y ser una institutriz privada. Y es un amor maduro, recatado, pero apasionado, uno que se construye con el tiempo y la convivencia. Es un amor que aún siendo enorme no nubla ni hace flaquear a la protagonista cuando ha de elegir entre el querer y el deber.

Sí, al final Jane Eyre encuentra todo lo que necesita y quiere, y podría sólo por eso parecer una novela romántica y ya está. Pero creo que lo importante es cómo lo obtiene. Eso es lo que la autora nos quiere contar.

Nuestra protagonista no obtiene su felicidad y sus deseos como una suerte y ya, obtiene los resultados como producto de sus acciones, de su construcción cotidiana de la vida decente, buena y honesta. Ha de elegir, y elije siendo fiel a su cabeza y corazón.

Incluso cuando la suerte le sonríe, es lo que hace con estos sucesos afortunados, lo que hace que ella obtenga felicidad duradera, sólida.

Creo que igual que con la novela de la hermana, el mensaje es que la felicidad sin sentido del deber no dura y no es válida. Que de nada sirve que la suerte o la fortuna te sonría sí no hay un individuo firme para hacer de ello lo mejor posible.

¿Valió la pena leerlo? Sí, es una historia contada por una mujer que para la época es extraordinario. Es un libro bien escrito y tiene un ritmo cómodo. Nos permite adentrarnos en la cabeza y emociones de la protagonista sin perder el contexto. Muy recomendable.

Aura Espitia Muñoz Cota

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