La chica del tren y las trampas de la memoria

En 2015 Paula Hawkins (1972) publicó La chica del tren, una novela construida como un trhiller policíaco con un estilo muy personal y que se siente propio de la autora.

Es una novela policíaca que respeta la estructura clásica de este género, un crimen, algunos sospechosos y quien resuelve el misterio.

Una mujer viaja todos los días en un tren, pegada a la ventana viendo la vida que no tiene, pero que pudo tener. Conforme vamos conociendo a la protagonista, Rachel, nos damos cuenta de que hace rato que su vida va en picada.

Nos enteramos que no es casualidad que tome este tren a estas horas, que lo que está haciendo es ver hacia su pasado, con ocasionales visitas en persona. Tiene un problema con su forma de beber, normalmente va en estado de ebriedad y bebiendo durante estos viajes, y hace cosas de las cuales no siempre se acuerda con precisión como bajar del tren, llamadas, o escribir correos.

Desde esta ventana en el tren se fija en una pareja, a la que ha decidido construirle la historia que ella no tiene, con la relación y felicidad que ella hubiera querido en su vida.

Un día, la protagonista de sus fantasías desaparece, Rachel recuerda haber estado en el pueblo, haberse bajado del tren y caminar por las mismas calles. Pero no recuerda todo, y no está segura de lo que sí pasó y de lo que no, no distingue muy bien debido a sus niveles de alcohol en la sangre.

¿Rachel sabe algo? ¿hizo algo? ¿Cómo es que este hecho le permitirá revisitar y entender el pasado? ¿Cómo es que este hecho le permitirá seguir adelante?

A partir de la desaparición de la mujer que protagoniza sus proyecciones de felicidad entre otras cosas, Rachel tiene por fin un nuevo propósito, recordar y separar la realidad de la ficción (producida por el alcohol o por sus fantasías), encontrar las respuestas sobre esa mujer y su desaparición. Hace tanto que no tiene una razón para estar sobria, hace tanto que no es capaz de enfrentarse a la realidad, hace tanto que no se siente útil y necesaria.

La novela está muy bien escrita, la historia, pese a ser una fórmula de thriller policíaco, tiene el gancho de irte develando la historia muy de a poco, esto por cómo está escrita. Te vas enterando de las historias y como se entrelazan en distintos tiempos narrativos.

Y esa es la gracia del libro, no te da todo lo que necesitas saber para resolver el misterio en las primeras páginas o en la primera mitad del libro, tienes que leerlo todo, acordarte con Rachel de los sucesos, descubrir las pistas y revisarlas, conocer a los personajes para así alcanzar a ver todo el entramado y resolver los misterios que se van planteando.

Muy recomendable, a mí me dejó pegada a la historia, y si bien fue llevada al cine de manera correcta, el libro es mucho mejor por el cómo va construyendo y narrando la historia.

Aura Espitia Muñoz Cota

 

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