El lugar de mis promesas

Ayer estaba reunida con una de las mejores amigas que el mundo me ha podido regalar en una cafetería, justo a lado de uno de los lugares que las dos podemos considerar lo más cercano al paraíso que existe: una librería.

Tomás Eloy Martínez cita Textuales

En algún momento tuve que entrar a ella, con paso lento y la mente en blanco caí en la cuenta de que ese momento, en que mi ser entra en una librería, es una revelación para mí.

Es el saber que estoy entrando al lugar en el que más promesas encuentro, promesas de historias, de viajes y aventuras; promesas de risas, lágrimas, amor y desamor; promesas de realidad y ficción; promesas de extraordinarios personajes, de vivir con ellos, de sumergirme en sus emociones y sentir como mía su piel.

Ese olor que me transporta, que me promete, que me ha acompañado a lo largo de mi vida, que forma parte de mi, es un olor que no cambiaría por nada del mundo.

¿Que suena cursi o en extremo romántico?… sí, lo reconozco y no me avergüenzo de ello. Mi amor por los libros va más allá de muchas cosas y sé que es algo que sólo quien sienta el mismo amor que yo por los libros podrá entender.

Ser lectora es algo que cambió mi vida desde mis primeros años y que hoy sigue alimentándome, cambiándome y haciéndome palabra a palabra, libro con libro, una mejor persona.

Y estas reflexivas, soñadoras y enamoradas palabras las quisiera terminar con una frase que también ayer conocí viendo el video de una plática de Benito Taibo en la TEDxUNAM Acatlán en el que citó a Tomás Eloy Martínez:

“Somos, así, los libros que hemos leído. O somos, de lo contrario, el vacío que la ausencia de
libros ha abierto en nuestras vidas.”

Roberta Mora

 

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